La vicepresidenta saludaba a la gente cuando entró por el Senado, pero de repente un grito la hizo enojar.
Vestida de rojo y sin darse vuelta, levantó mano y apeló al popular gesto para responder.
 
			La vicepresidenta saludaba a la gente cuando entró por el Senado, pero de repente un grito la hizo enojar.
Vestida de rojo y sin darse vuelta, levantó mano y apeló al popular gesto para responder.
 
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