El Presidente arremete con un ambicioso decreto de desregulación de la economía para insuflar aire a una actividad privada asfixiada por infinidad de obstáculos. Queda por delante un escarpado camino.
La paz entre las tormentas
 
			
				Comparte este artículo
			
			
		
			No hay comentarios
		No hay comentarios		
	


 
                                
                              
		 
		