Las reglas del juego y la destreza con el taco obligan a ostentar el cuerpo. Y a lanzar una mirada furtiva al contrincante justo antes de golpear la bocha. Todo eso que podía ocurrir alrededor de una mesa de pool en los ’90 ¿entra en una aplicación como Tinder?
El pool tiene ese no sé qué

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