Hay ruidos que no representan la felicidad de las fiestas.
Para muchos niños, personas mayores y animales, cada explosión se transforma en miedo, ansiedad y sufrimiento.
Festejar también es pensar en el otro, es elegir cuidar.
En nuestra ciudad, el uso de pirotecnia está prohibido por la Ordenanza N.º 1184/17.
Respetar la ley también es una forma de cuidar a los demás.
Celebremos con empatía y de manera consciente.
Porque si otros sufren, no es una fiesta.
